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miércoles, 1 de julio de 2015

HEIVA y TAHITI. Un festival de exótica cultura de Tahití y sus Islas.


Las sensuales danzas tahitianas son una pieza fundamental del Heiva i Tahití, el evento cultural y folclórico de mayor relevancia de las 118 islas enclavadas en el Pacífico Sur. Los misioneros británicos abolieron estos bailes por considerarlos impúdicos, pero no lograron matar su espíritu, ni el de las leyendas y menos aún la estirpe de la que hablan sus tatuajes.

Las muestras de la poderosa cultura de Tahití y sus islas se mantienen vivas gracias a festivales como el Heiva i Tahití, que vuelve fiel a su cita anual durante todo el próximo mes de julio, con un maratón de actos culturales y deportivos en la Isla Reina, Tahití.
La fiesta estuvo inicialmente ligada a la celebración del día de la Toma de la Bastilla instaurada por los colonos franceses en 1881. Desde ese año, los tahitianos dedican el mes de julio a los festejos populares, primero bajo el nombre de Tiurai y después rebautizado como Heiva i Tahiti en 1845, cuando proclamaron su autonomía.





Entre los actos más vistosos se encuentran las competiciones de danza, que volvieron a celebrarse a partir de la década de los 50 del siglo pasado. Las coreografías están cargadas de simbología. En sus distintas variantes hay bailes de ritmo frenético de grandes grupos, tanto de mujeres como de hombres (ote'a); danzas de gestos (aparima); bailes en semicírculo (hivinau), o sentados acompañados por música y cánticos (pa'o'a). Las espectaculares vestimentas son también parte del legado de la rica cultura tahitiana. Su presencia en el festival garantiza la supervivencia de las técnicas artesanas de elaboración de estos exóticos atuendos. 
Los “himene” son cánticos instaurados a principios del siglo XX nacidos de una fusión de músicas polifónicas tahitianas e himnos religiosos británicos. Muchas piezas cuentan leyendas de la cultura maorí, y son representadas en espectáculos de gran belleza. Existen diferentes modalidades: cantos a capela y coros de ritmo lento (himene ru'au), complejas estructuras musicales creadas por conjuntos de 60 a 80 personas (himene tarava), y composiciones de ritmo rápido interpretadas por 2 ó 3 personas, normalmente con instrumentos más modernos, como la guitarra, el ukelele, la armónica o el acordeón (ute).






Otro de los importantes apartados que componen el festival es el deportivo, donde se retoman costumbres ancestrales como el lanzamiento de jabalina, levantamiento de piedras o las conocidas carreras de canoas, consideradas el deporte rey en Tahití y sus islas. 
En estos encuentros aflora toda la creatividad, el buen humor y el espíritu festivo del isleño, así como un pasado que se ha ido enriqueciendo con historias de intrépidos navegantes y grandes migraciones. Los reñidos concursos perpetúan las costumbres de antaño y hacen que el nivel y la destreza de los participantes se superen en cada convocatoria.