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martes, 25 de febrero de 2014

HANAMI. Festival de la primavera en Japón


Todos los años, al inicio de la primavera, ocurre uno de los eventos más esperados del Japón: El florecimiento de los Cerezos.

Los Cerezos, Sakura en japonés, pasan la mayor parte del año como árboles simples, sin más colores que el verde de sus hojas. Además durante el invierno, pierden todas sus hojas y quedan solo sus ramas. Pero justo cuando uno piensa que este árbol, tan sencillo y sin otro interés que justifique su presencia casi universal en todos los parques del Japón, llega la primavera y nos trae la respuesta.
En el transcurso de una semana las primeras flores comienzan a aparecer y antes de que uno se de cuenta, están estos hermosos árboles cubiertos enteramente de flores. Bajo la luz del sol, el delicado rosado de las innumerables flores en cada árbol, reflejan no solo una serenidad intoxicante, sino que reflejan la esperanza de una nueva primavera. Después de aguantar el frío y la desolación del invierno, la fuerza de vida que se escondía en el árbol, sale a contagiar a todos los que lo rodean.
Aprovechando el poco tiempo que trae este regalo, los japoneses rápidamente crean su festival de Hanami. Hana, flor en japonés y –mi, del verbo ver, resume el propósito simple. A la sombra de los Sakura, reunidos con las amistades y la familia, y compartiendo la comida que todos aportan, los japoneses celebran la vida. De hecho, en la sociedad japonesa los Sakura representan lo efímero de la vida humana ya que las flores desaparecen completamente en solo una o dos semanas.





Por la posición geográfica de Japón, el sur del país recibe los primeros días de primavera antes que las regiones más al Norte. Esta situación resulta en una “ola” de florecimiento, que inicia en el sur y al pasar los días, gradualmente los árboles de todo el país comienzan su renacimiento. Se dice que uno puede seguir este “frente de florecimiento” iniciando un recorrido del país desde el Sur y así engañar a la naturaleza para disfrutar de este espectáculo por más tiempo, pero talvez esto de alguna forma va en contra de la filosofía que hay detrás del festival de la vida efímera, por lo que no es tan común que la gente haga eso..
La antigüedad del Hanami se ha visto expresado en el arte japonés. En Kojiki, del año 712, una de las primeras obras de literatura épica del Japón, ya se mencionaba esta costumbre. En la poesía de la era Heian (794-1185), se describe los Sakura como un símbolo de la delicadeza de la naturaleza y del ser humano.
En la era Edo (1550-1850), el escolar Motoori Norinaga (1730-1801) establece no una de las filosofías centrales, sino la central, de la literatura japonesa resumida en la frase “mono no aware”. Literalmente se traduce como “la lástima de las cosas” o “la compasión hacia las cosas”, pero su significado va mucho más allá. Para los japoneses, “mono no aware” significa que todo tiene un ciclo, que en el mundo desde los animales y los árboles, hasta las montañas y los ríos, tienen un principio y un final y que la destrucción de algo, a final de cuentas, es parte de un ciclo inevitable. “Siempre hay belleza en algo que llega a su fin”, hay belleza en la tragedia; “mono no aware” nos enseña a ser sensibles a la belleza que hay en todo y a valorar el tiempo. El florecer de los Sakura y lo efímero de su belleza, es el origen de este pensamiento.




El mejor momento para ver los Sakura depende principalmente de la posición geográfica. Las regiones al sur del país, como las islas de Okinawa, pueden comenzar a florecer desde Enero y las regiones al norte, como Hokkaido, pueden ver las flores hasta el mes de Mayo. Pero, la mayoría del país, incluyendo ciudades como Tokyo y Kyoto, generalmente ven el Hanami a finales de Marzo y principios de Abril. Pero tal es la fragilidad de los Sakura que un temporal o fuertes vientos pueden reducir el período del magnifico acontecimiento natural.
En todo el país existen muchos sitios populares para disfrutar del Hanami, pero tal es la belleza de los árboles que el parque más sencillo es suficiente. Aun así, la combinación de los Sakura al lado de un imponente castillo japonés es una vista inolvidable que vale la pena disfrutar por lo menos una vez en la vida. La fama de los Sakura ha traspasado las fronteras de Japón, tanto que ciudades como Washington D.C. han sembrado estos árboles y todas las primaveras celebran los lazos de amistad y admiración por la cultura japonesa.

Japón, sin duda, es un país con una cultura muy rica. Por su historia y el tamaño de su población, la variedad de festivales y tradiciones es casi innumerable. Pero de todas las ocasiones para celebrar, el Hanami es tal vez de las más hermosas. No solo por el espectáculo de la naturaleza y sus deseos de vivir, sino que también por lo que nos enseña acerca de nuestras propias vidas, que aquí podríamos decir "carpe diem" de un poema en latín de Horacio, que viene a decir "disfruta de la vida, disfruta del amor" literalmente "disfruta el día", que la vida es corta, pero bella de vivir.






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